domingo, 6 de julio de 2008

Puro corazón


Lionel Ugalde sorprendió este domingo en Salta y obtuvo su primera alegría en el TRV6. Rossi ratificó su habilidad para manejar situaciones difíciles y se subió al podio en una accidentada presentación.

Final electrizante se vivió en Salta por la sexta fecha del Top Race. Luego de la carrera clasificatoria ganada por Emiliano Spataro y gracias al particular sistema de clasificación de la categoría, que invierte la grilla del 1º al 8º puesto, largaban en primera fila Lionel Ugalde y Matías Rossi, escoltados en el segundo cajón por Omar Martínez y Diego Aventín. Partida caliente si se quiere, (recordemos que Rossi y Ugalde estuvieron involucrados en un roce debido a una maniobra que se dio en la competencia de Bahía Blanca en clasificación, lo que derivó en la exclusión del piloto del Tauro Motorsport) una vez en verde el semáforo Ugalde tomó la punta para no largarla más: segundo quedó Rossi, tercero Martínez y cuarto Aventín. Luego del espectacular desparramo ocasionado por el despiste de Gabriel Ponce de León, posterior a un trompo tras la primera curva y que provocó la deserción de un buen número de participantes (entre los que se cuentan Smith, González Cono, Ponte y Filiberto entre otros) salió el auto de seguridad, permitiéndole al puntero sacarle una pequeña luz de diferencia a sus perseguidores, que se incrementaba con el correr de los giros. Al principio Rossi no perdía pisada del primero, pero a medida que pasaban las vueltas el auto no era el mismo y se acercaban peligrosamente el Gurí y el Pumita: el entrerriano comenzaba a perder la paciencia y acosaba continuamente al delvisense. Mientras, Aventín, expectante, observaba desde su privilegiado cuarto puesto la encarnizada lucha adelante. Matías perdía rendimiento progresivamente y defendía su segunda ubicación a puro manejo, hasta que Martínez, después de medirlo un par de veces, consiguió vencer y hacerse con dicha plaza. Pero aquí no termina la historia: se suma Norberto Fontana a la contienda y pasa Aventín al ataque. Rossi nuevamente soportando los embates de sus rivales, aunque esta vez en menor medida, se mantenía con su espíritu imperturbable como de costumbre.

Golpe de escena: Furlán afuera, le posibilita a Spataro avanzar en el marcador (ya había superado antes a M. Di Palma) y sorpresivamente éste también termina en la tierra, eliminando automáticamente toda chance de batallar por las posiciones de vanguardia. Al mismo tiempo, Fontana superaba a Aventín y se preparaba para darle el zarpazo final a Rossi, pero no pudo: por más que intentó no consiguió romper la férrea resistencia que opuso el Granadero, se lo terminaron comiendo los nervios y el ímpetu, y terminó afuera. Faltando dos vueltas y con la tranquilidad de haber resistido al Gigante de Arrecifes, Matías seguía defendiéndose del Pumita, pero no conseguía capitalizar esfuerzos y salía de las curvas con gran dificultad. Estuvo a punto de irse afuera al final de la competencia, cuando una de sus maniobras no concertó, su auto se desestabilizó y perdió contacto con la huella, haciendo que Aventín de milagro no se lo llevara por delante y permitiéndole a éste, muy profesionalmente, levantar a tiempo para no tocar a quien tenía delante y así evitar un situación perjudicial para ambos.

Finalmente, ganó la carrera Ugalde y completaron el podio Martínez (segundo) y Rossi (tercero). Destacable labor del piloto marplatense, quien obtuvo su primera victoria en la categoría y sumó la segunda consecutiva para el equipo RV. Pero es aún más resaltable el impecable trabajo de Matías Rossi: aguantó estoicamente los ataques y acechos de los demás competidores, y pese al desgaste consiguió treparse al podio. Se manejó todo, y una vez más dio cátedra de conducción. Otra vez dejó en evidencia la clase de piloto que es y de qué está hecho. Un piloto de pura cepa.-

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